viernes, diciembre 31, 2010

Programadores fortachones

Tercera entrada en el blog de P*, traducida al castellano:

Una vez que terminé el período de entrenamiento fuí asignado a una línea de desarrollo. El estereotipo que tienen de las personas, incluso el que tengo yo, es que los programadores somos todos débiles ya que sólo usamos la cabeza. Sin embargo, los programadores de esta línea no siguen el común. En una ocasión en la que coincidimos en el gimnasio, uno de los programadores dio por darle un nombre a nuestro equipo: “los programadores fortachones".

Wow, ¿qué hace Simón en un gimnasio? Así es, los que me conocen se extrañarán de que esté haciendo ejercicio voluntariamente. Veamos las razones detrás de este cambio de actitud.

En Japón el medio de transporte por excelencia para los estudiantes y amas de casa es la bicicleta. Naturalmente, cuando yo era estudiante de maestría no tenía otra opción sino montar bicicleta para ir a la universidad. Un poco menos de media hora de ida, y lo mismo de vuelta, era suficiente ejercicio para una persona no muy adepta a los deportes.

Por otro lado, el medio de transporte tradicional de los shakai-jin es el tren. Naturalmente, desde que empecé a trabajar tomo el tren todos días para ir a la oficina. Como la compañía queda en el centro de la ciudad y yo vivo en las afueras, irme en bicicleta no es posible ni deseable. Además, media hora de tren me permite saldar un poco mi deuda de sueño -_-zZ

Dejé de hacer bicicleta para tomar el tren, pero no cambié mis hábitos alimenticios de cuando hacía ejercicio. De modo que ahora gasto menos energía de la que gano. En pocas palabras: peso más.

Al poco tiempo de entrar a P* decidí que tenía que hacer ejercicio. No sólo para llegar a mi peso ideal, sino también porque es necesario hacer ejercicio para mantenerse saludable. Además, es una muy buena manera de botar stress.

P* no es Google. No tenemos un gimnasio privado dentro de nuestras oficinas. Pero de todas formas tenemos gimnasio. El Sky Building, donde se encuentra la oficina principal, tiene un gimnasio para uso exclusivo de quienes laboran en el edificio. P* muy generosamente invita.

Nunca había ido a un gimnasio en mi vida, así que JP, el otro extranjero trabajando en P*, me hizo el favor de darme un tutorial. Mi rutina de ejercicio se basa en la de él.

El gimnasio me parece genial. No es algo enorme, pero es suficiente. Tienen diversas máquina para hacer músculos, pesas, bicicletas y caminadoras. Además, hay cursos de golf y boxeo para los más entusiastas.

Y el área de relajamiento me gusta bastante. Hay internet, televisión y all-you-can-drink. En la sección de baño hay sauna y baño público con vista a la ciudad (a veces me preocupa si desde afuera no se verá algo...)

Desde que empecé a ir al gym he logrado bajar como 3 kgs. de peso y ahora puedo correr 5km en 35 minutos :D Nunca jamás, ni en el colegio, había corrido tanto. Y me gusta. Ni yo mismo creo que corro tanto.

Me parece que es así como debe ser. Usar la cabeza en el día, y en la noche ejercitar el cuerpo. Como decían los romanos, mens sana in corpore sano.

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Hasta ahí fue el post de P*. Cómo postdata les quiero contar que de tanto trotar en la caminadora, e impulsado por una amiga, terminé inscribiéndome en una carrera.

Dicha carrera fue en el Expo '70 Commemoration Park, fue una carrera de 5km. Logré terminar la carrera en 32 minutos, obviamente fuí de los últimos en cruzar la meta. Sin embargo, la carrera era un reto personal, nunca tuve la costumbre de correr; el participar y terminar una carrera es algo que nunca había pensado que haría. Si fuera posible me gustaría seguir entrenando para poder inscribirme en una carrera de 10km.

Como post-postdata debo agregar que existe la posibilidad de que esa haya sido mi única carrera. A medida que entrenaba en la caminadora mis rodillas empezaron a resentirse. Durante la carrera tuve que dejar de correr por el intenso dolor en las rodillas. Me tocó caminar un buen trecho.

Sospecho que tengo un trauma consecuencia del excesivo entrenamiento en el club de Aikido, donde me destrocé las rodillas a punta de practicar infinidad de veces técnicas en las que uno empieza sentado. En enero planeo visitar un doctor y ver si podré retomar las carreras o si me toca cambiar tierra por agua y hacer natación... no quiero dejar de hacer ejercicio y me parece que nadar es de bajo impacto :D

martes, noviembre 23, 2010

El ambiente de P*

Aquí está la traducción del segundo post que escribe un tal Shimon en el blog de P*:


La primera vez que entré a las oficinas de P* me sorprendí. El primer pensamiento que pasó por mi mente fue “Esto es el Hollywood de los video juegos”. La gente aquí no está jugando, están desarrollando juegos profesionalmente. Ese día que visité P* estaban durante el desarrollo de Vanquish; todas las personas trabajaban con seriedad utilizando tecnología de punta. Algunos refinaban la animación de cubrirse de Sam, el personaje principal de Vanquish; algunos estaban modelando un nuevo escenario con herramientas que nunca antes había visto; algunos tenían instrumentos musicales en sus escritorios y con ellos componían el soundtrack del juego. ¡Estoy tras los bastidores de la industria de los video juegos!

¿Uds. no considerarían que un lugar donde la gente trabaje con demasiada seriedad sería un tanto aburrido? Un lugar donde los programadores escriban código sin decir nunca una sola palabra, donde los artistas dibujen sin quitar jamás los ojos de los monitores, con toda seguridad ha de ser un lugar aburrido. En el ambiente de una oficina común y corriente no se pueden crear juegos divertidos.

Por fortuna, P* no es así. El siguientre pensamiento que pasó por mi mente fue “Esto es el Disneyland de los video juegos”. Les cuento porqué:

Por donde sea que uno camine en las oficinas de P* se ven juguetes. Los hay sobre los grandes escritorios de los desarrolladores, sobre las computadoras y monitores, inclusive hay estantes dedicados a las colecciones de figuras. Al ver juguetes de series de animé, de juegos de P*, de juegos de otras compañías, de películas occidentales, etc., pensé que estaba entre compañeros. Estar rodeado por expresiones de la cultura de los video juegos es lo máximo. Nunca imaginé que el ambiente de una compañía de videojuegos pudiera ser así de divertido.

Un lugar en el que uno puede entretenerse con la cultura de los video juegos, donde uno puede trabajar relajadamente, y que el trabajo que uno realize sea el desarrollo de juegos es para mí el equivalente a Disneyland. Sin embargo, las razones que contribuyen a generar un ambiente en el que se pueden desarrollar juegos no se limitan a los juguetes sobre los escritorios.

Una de esas otras razones es que P* es una compañía en la que no hay parades. La oficina principal es una única y enorme habitación. No hay cubículos ni particiones que te separen del resto de las personas. Si quisieras consultar algo sobre el desarrollo, o si quisieras hablar sobre el último juego que jugaste, o sobre cualquier otra cosa, el hecho de que no hayan paredes hace que sea mucho más fácil entablar un conversación. Bueno, a veces sí hay paredes... de juguetes...

Ahora bien, no es sólo la falta de paredes físicas, tampoco tenemos paredes sociales. Es decir, es un ambiente en el que es fácil hablar con quien sea. El hecho de que uno puede dar libremente su opinión sobre los juegos que se están desarollando (sin censurarse cuando uno tiene alguna objeción), o sobre qué es lo siguiente que uno quiere desarrollar (o qué no le gustaría desarrollar), hacen que P* sea para mi un lugar bastante cómodo.

Por último, hay algo que contribuye a ese ambiente de desarrollo de juegos. Es una cosa trivial, pero me gusta mucho. Es el hecho de que muchas personas recién llegan a la compañía se quitan los zapatos, incluído yo. Algunas personas se ponen zandalias o crocs del color de su preferencia, algunas personas andan en así no más en medias. Cuando yo me siento en una silla cruzo las piernas, de modo que estoy agradecido de P* no sea un ambiente occidental en donde uno siempre tiene los zapatos puestos. Comodidad++ Definitivamente, el ambiente de P* es divertido.

sábado, octubre 16, 2010

Habemus mascotas

¡Qué post tan aburrido fue el anterior! Aprendí que escribir porque hay algo que contar es diferente de escribir porque hay que contar algo...

Para compensar aquí les traigo una historia que ocurrió este verano, aunque ya es otoño.

Un día llego al apartamento y mi room-mate me sale al encuentro con una afirmación un tanto extraña: que ha adoptado 6 niños y los trajo a la casa. ¿Qué? ¿Cómo? ¿Y dónde los vas a meter? - pienso yo, mientras mi cara está entre "confundido" y "procesando".

Luego procede a sacar de su habitación un pequeñísimo tanque con 6 pececitos adentro; 5 diminutos peces dorados y un pececito cometa color pez Koi.



Yo sabía que mi room-mate quería tener mascotas desde hace tiempo, pero ella estaba pensando más bien en algún mamífero, como un gato, algo con lo que se puedan establecer mutuos lazos de afecto.

Inclusive, en una ocasión visitamos un albergue animal. Allí ella consiguió un gato de su agrado. Lo quería adoptar, pero nuestro edificio tiene una regla que prohíbe animales. Si nos descubren con el gato habría que regresarlo al refugio, y según Tricia (mi room-mate) eso sería trumático para el perezoso felino.

Lo segundo que me extrañó es que un día no hay peces ni planes de tener peces, y de repente al día siguiente hay 6 peces. Normalmente me habría consultado antes de aventurarse a comprar animales.

La explicación corta es muy sencilla: ella no planeó tener los peces. La explicación larga va así:

Mi room-mate sigue una regla auto-impuesta muy creativa: hacer algo fuera de lo común una vez al mes. El mes de agosto decidió que se iría a pasar un fin de semana en la prefectura de Shimane.



Yo vivo en Ôsaka, que es el número 27 en el mapa, y mi room-mate agarró un autobús nocturno a Shimane, el número 32.

Yo no he ido a Shimane, así que no tengo nada que contar de primera mano. He escuchado que hay templos muy antiguos y hermosos, pero no voy a contarles algo sobre lo que no sé.

Lo que sí sé es que en Japón tienen la tradición de los festivales de verano. Cuando es verano la gente de cada comunidad se pone de acuerdo y organiza un baile. El baile se hace en una noche y en algún lugar abierto. Alrededor de la torre del tambor muchos mercaderes preparan sus tienditas para atender a los que buscan diversión. Hay comida, como calamar a la plancha, hay bebidas, como kakigôri, hay juguetes y juegos.

Uno de los juegos más japoneses es el "kingyô-sukui", o "rescata al pececito dorado". El dueño de la tienda pone una enorme ponchera llena de agua. En la ponchera hay un sinnúmero de pececitos, la mayoría son peces dorados, aunque se ven por ahí otra razas. Al niño que va a jugar (luego de que su padre ha hecho su colaboración monetaria) se le da un pequeño bowl y una palita de papel. La regla es que te quedas con los peces que saques del agua y metas en tu bowl. Lo dificil es que la palita de papel se deshace rápidamente, los pececitos son más pesados de los que soporta el papel mojado y, además, a estos no les gusta mucho que los anden arreando con paletas. El juego termina una vez que se te rompe la palita, lo cual es bastante rápido. Si tuviste suerte, el dueño de la tienda te entregará tus peces en una bolsita con agua.

Mi room-mate paseba por Shimane una noche y vió los signos de un festival terminado. Al llegar a la estación de trenes notó una bolsita al lado del bote de basura que contenía 7 pececitos: 6 diminutos peces dorados y un pececito cometa. Pero ahí los dejó. En Japón uno no agarra lo que no es suyo porque dueño ha de tener. A lo mejor el dueño fue a comprar algo y ya regresa. De modo que mi room-mate agarró el tren y se fué a dormir.

Al día siguiente pasó de nuevo por la estación y los pececitos seguían en su bolsita al lado del bote de basura... El encargado de la estación le dijo que nadie los había venido a recoger, que probablemente los habían tirado porque no los querían.

En este punto del cuento no pude evitar reflexionar: qué cruel es la cultura del siglo XXI. Hacemos lo que nos place con tal de pasar un buen rato y luego huímos de las consecuencias que nuestro entretenimiento acarrea, aunque eso signifique deshacerse de una vida.

Mi room-mate sintió piedad de los pececitos y los recogió. Ahora bien, ella no tenía como traerse los peces ni dónde ponerlos. No podía agarrar autobús con una bolsa de peces malnutridos y desoxigenados.

Un conocido de mi room-mate, un señor de nombre Aika, que vive en Shimane, salió al rescate. En el rutinario viaje en carro que hace a Ôsaka le hizo el favor a Tricia de traer los peces. Además, el muy generoso Sr. Aika compró una pequeña pecera con filtro y todo, de modo que los pececitos viajaron en turismo de lujo.

Tristemente, uno de los 7 pececitos no sobrevivió a estar metido en una bolsa por tanto tiempo.

Así que conectando los cabos de la historia, me encuentro en la sala de mi apartamento observando 6 pececitos suertudos de que Tricia los viera. Como soy una persona a la que le gustan los animales no dude ni un segundo en tener los peces. Y si vamos a tener tantos peces, por lo menos había que darles una pecera más amplia.

Al día siguiente pasé con una amiga por una tienda de animales y sin consultarle a Tricia me traje esto:



Mis amigas dicen que es una pecera muy masculina por el plateado del filtro y las piedras blanquinegras que del fondo. Cuando compraba los ingredientes sólo pensaba en que se vería muy avanzado.

La amiga que me acompañó donó un par de algas, y yo agregué un caracol al que nombré Paul (léase Pol, como en inglés).

Tricia escogió los nombres de los peces, de los cuales sólo me he aprendido: Izumo, el pez cometa, que tiene el nombre de un templo de Shimane; JR, el pez dorado más pequño y pálido, nombrado por la compañía de trenes que opera la estación donde fueron encontrados; Aika, el pez dorado más elegante, por el nombre del señor que se trajo los peces. Ya no sé diferenciar los demás, pero sé que hay uno que se llama igual que la prefectura.

Por cierto, aquí hay un zoom de Izumo. Supongo que pocos habrán visto antes un pez cometa color pez koi en detalle. Lamentablemente no pude tomar un mejor ángulo. Izumo se mueve demasiado...



No sé si es que mi pecera esta muy limpia y no había qué comer para un caracol, o si Paul no soportó los niveles de aminonia que liberan los peces, pero a las semanas Paul falleció. De mi ex-caracol sólo quedó el caparazón. Pero viéndolo por el lado positivo tengo un lujo que pocas personas se han dado jamás: tengo un fantasma que habita en un caparazón :D (¡Ghost in the Shell!).

Los peces tienen una gracia y una impredictibilidad hipnotizante. Algo que no puedo transmitir a través de fotos o video. Tener los peces es excelente. Es una maravillosa manera de relajarse luego de llegar del trabajo. Si no me preocupo por el tiempo, podría pasar horas en el sillón mirando la pecera.

Ese es el cuento veraniego de cómo 6 pequeños peces y un caracol fantasma pasaron a habitar una lujosa pecera en medio de un apartamento en Ôsaka (-;

jueves, septiembre 30, 2010

Blogueando - ¿Por qué P*?

Hace algunos posts atrás había comentado que escribiría posts para el blog de la compañía donde trabajo. Mi primer post, titulado ¿Por qué P*?, fue publicado a mediados de septiembre. Ese post es parte del blog oficial de Platinum Games. Lamentablemente, el blog está disponible solamente en japonés. En la página para occidente hay disponible versiones en inglés de los posts de más interés, es decir, aquellos escritos por los directores o aquellos que hablan sobre los nuevos juegos que se han desarrollado. En otras palabras, los posts escritos por los nuevos se quedan en Japón.

Algo interesante es que por primera vez estoy escribiendo para un público que no conozco. No es que conozca a todos los lectores de este blog, pero presumo entender su cultura.

Por completitud voy a traducir al castellano estos posts y los publicaré por aquí. Por favor, tomen en cuenta que mi nivel de japonés no es nativo, muy posiblemente mi post tiene errores gramaticales, palabras que no son las más adecuadas y demás. Encima de eso, está escrito en un japonés sencillo, que es lo que sé manejar. Cuando traduzco al castellano posiblemente me tome algunas libertades literarias y utilice un lenguaje más avanzado que el del post original. Todo sea por comunicar mejor las ideas allí contenidas.

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¿Por qué P*?

Hola, mi nombre es Simón Ortiz. Eso se lee "Shi-mo-n  O-ru-tei-su". Sí, soy extranjero. Además, soy uno de los nuevos programadores. Soy venezolano. Nací y crecí en Venezuela, y allí estudié computación. Vine a Japón como estudiante de intercambio y a partir de ese entonces he tenido una vida como la de cualquier japonés.

¿Qué hace un extranjero en P*1? ¿Eres un programador que tiene que ver con localización?

No, para nada. Soy un programador común y corriente.

¿De verdad? Si es así ¿Por qué escogiste P*? En Estados Unidos y muchos otros países también hay compañías de video juegos.

Muy bien, voy a explicarles.

Una vez que decidí que lo que quería hacer era programar video juegos había que decidir dónde hacerlo. Tanto en Venezuela como en los demás países de Latinoamérica no hay compañías de video juegos. Mis tres opciones eran Estados Unidos, Europa y Japón.

En mi opinión, en occidente la parte tecnológica de la producción de juegos es muy avanzada. Recientemente se producen juegos que son técnicamente maravillosos ¿Verdad? Sin embargo, desde mi punto de vista las ideas y géneros de estos juegos son casi siempre las mismas. Si no es un juego de disparos es un sandbox game. Pienso que en Japón hay más originalidad, que se exploran muchos más géneros. Como yo quiero producir juegos de diveros tipos me decidí por Japón.

Cuando me tocó buscar trabajo me presenté en muchas compañías. Todas eran compañías de video juegos. Me tocó asistir a muchas reuniones explicativas. Mientras más uno participa de estas reuniones más va cambiando el ideal de compañía que uno busca. Por lo menos ese fue mi caso.

Al principio quería ir a compañías grandes. La razón es que estas compañías producen juegos espectaculares. Eso lo sabe todo el mundo. Aquellas series que tienen fama mundial, las más populares, por lo general vienen de compañías grandes. Como yo quiero crear juegos geniales no me quedaba otra opción sino trabajar en una compañía grande. O al menos eso pensaba.

Al uno ir a las reuniones explicativas uno se da cuenta de las diferencias entre las compañías. La visión, el ambiente, los géneros de juegos, su objetivo a futuro, etc. ¿Cómo hace uno para escoger de entre este millar de compañías? Tenía que sentarme a pensar qué quería hacer en el futuro.

Yo quiero hacer juegos maravillosos. Eso es indiscutible. Pero hacer juegos maravillosos no es suficiente. Quiero que mi trabajo tenga una influencia en esos juegos. Además, yo quiero programar diversas partes de estos juegos.

Se dice que en las compañías grandes el ideal es que la gente sea especialista. La imagen que tengo del trabajo de los especialistas es que es bastante repetitivo. Además, pienso que en una compañía grande no importa que tan grande sea tu contribución, nunca tendrá un gran impacto en el juego. Por lo tango, decidí que las compañías grandes no eran para mí. Lo que yo estaba buscando era una compañía de tamaño mediano que produjera juegos de alta calidad.

Si uno revisa la lista de compañías de videojuegos japonesas, uno comprende rápidamente que son pocas las compañías que cumplen con mi estricto estándar. Una de esas es P*. En el momento en que había hecho mi solicitud de trabajo los juegos que había desarrollado P* eran pocos, pero si uno mira el currículum de las personas que trabajan en P* uno se da cuenta de que es gente que sabe producir juegos de calidad.

Cuando fuí a la reunión de P* me enteré de que ésta es una compañía sin paredes, donde se puede programar diversas partes de los juegos, que es de tamaño mediano, y que tiene una visión de "hecho en Japón para el resto del mundo"… ¡P* es perfecta para mí! Me presenté para el proceso de selección, me concedieron el puesto y ahora estoy escribiendo este post :D

¿En qué tipo de compañía deseas trabajar? ¿Qué tipo de juegos quieres hacer? ¿En qué tipo de ambiente quieres trabajar? ¿Has encontrado alguna compañía que vaya contigo?

De ahora en adelante me esforzaré para producir juegos de calidad para todos uds. Mucho gusto.

1P*, léase "P star", es el logo de Platinum Games. Dado que "Platinum Games" es un nombre un poco largo, muchas personas lo abrevian a "PG" o "Platina", sin embargo a mí me gusta abreviarlo "P*".

martes, agosto 31, 2010

Udón de Sanuki

En el post anterior mencioné que los shakai-jin tienen el derecho de gastarse el dinero de cuanta manera ridícula conciban. No pensé que tendría un buen ejemplo tan pronto.

En Japón está muy difundida la idea de hacer viajes de un día. De hecho, este concepto tiene su propia palabra: higaeri. Yo no sé cómo es la situación en otros países, pero en Venezuela los viajes de un día son la excepción. A mi parecer cansan mucho y no te permiten conocer el lugar con calma.

Sin embargo, los higaeri son la norma aquí. Por un lado, Japón es pequeño, así que es muy probable que hayan sitios de interés que no estén muy lejos. No vale la pena gastar en un hotel si podemos regresar el mismo día. Por otro lado, a los japoneses no les gusta ausentarse de su trabajo, de modo que hacer un higaeri es la única forma de viajar. ¡Qué idea tan loca es esa de agarrar vacaciones para viajar!

Ahora bien, hacer un higaeri de por sí no es algo ridículo. Es razonable ir de viaje a conocer otros lugares. Para que sea ridículo hace falta un objetivo un tanto incongruente, por ejemplo, hacer un viaje para ir a comer fideos. ¡Oh, pero si eso es precisamente lo que hicimos hace un par de semanas! Fuímos a Sanuki, un pequeño pueblo en otra isla, con el único propósito de comer udón, un tipo de fideo grueso hecho de harina de trigo.

¿Por qué Sanuki y no otro lugar más cercano? Porque el udón de Sanuki es famoso por su calidad. Dicen que una vez que comes udón de Sanuki no quieres comer udón en otro lugar.

Sanuki queda en Shikoku, una de las 4 islas principales de Japón. Pero de las 4 islas importante, Shikoku es considerada como la de menor relevancia. En Shikoku no hay ciudades grandes y famosas, no hay industrias, no hay templos populares. Shikoku es vista como una isla rural. Precisamente por esta imagen es que pensé que mis viajes por Japón nunca me llevarían a esta isla. De las 4 principales, ahora sólo me falta Hokkaidô :D

Primero, alquilamos una van. Luego compramos una revista sobre los sitios recomendados para ir a comer udón en Sanuki. A estas alturas del blog no se sorprenderán de que en Japón haya revistas sobre dónde ir a comer qué cosa...





Luego agarramos 4 horas de carretera desde Ôsaka hasta Sanuki.



Como verán, la ruta nos lleva por mar. Tomamos el puente Akashi-Kaikyô que nos lleva a la isla de Awaji, atravesamos toda Awaji y luego tomamos otro puente hasta llegar a Shikoku.





Debajo del segundo puente se forman unos remolinos que son famosos. Son los llamados "Naruto". Sí, tal cual el personaje del animé. O más bien, el personaje lleva el nombre de estos remolinos. Lamentablemente no se formaron en el breve pasar de nosotros sobre el puente.

En el carro íbamos 6 personas entre los que habían artistas, músicos, diseñadores y programadores. Me ahorro las fotos personales porque a los japoneses no les gustan…

Luego de horas de carretera, de ver los dibujos del artista, de escuchar música de animé y de hablar muchas tonterías, finalmente llegamos a Sanuki. No me di cuenta de cuándo llegamos. No hay una puerta ni una señal ni nada. Sencillamente nos paramos en medio de un campo enfrente de una tienda de udón.



Entramos, pedímos udón y nos sentamos a esperar. Así se ve el súper famoso udón de Sanuki:





El de la primera foto es frío, el de la segunda es en agua caliente. Y la manera de comer udón es tomar los fideos, remojarlos en un caldo que típicamente es a base de salsa de soya y cebollín, aunque varía según la tradición de la tienda, y comerlos.





Evidentemente, no agarramos 4 horas de carretera y atravesamos una isla para comer un plato y regresar. No señor, el plan era hacer una peregrinación de udón, visitar tantas tiendas como nuestra capacidad estomacal lo permitiera.

Segunda parada, en una callecita con vista a una montañota, una tienda que es famosa por su tempura de pulpo.







El tempura de pulpo no sabe especialmente bien. Posiblemente lo inventaron para atraer clientes por la novedad. El pulpo te lo entregan entero, y te dan unas tijeras para que lo cortes en pedazos que puedas masticar. Primera vez que como cabeza de pulpo entera. Sabe a concentrado de mariscos.

Tercera parada, tienda enfrente de un campo de arroz. Como nunca había estado tan cerca de un campo de arroz no detuve mi curiosidad.







He aquí el udón de esta tienda.





Aquí le echan huevo de codorniz crudo, papa babosa cruda y algas. Mi capacidad estomacal no lo logró, así que solo comí un huevo sancochado en caldo.



Última parada, helado de udón.



Sabe a caldo de pescado y tiene pedacitos de udón, que como están fríos son chiclosos… No apto para todo paladar. Enfrente de la tienda de helado de udón, que parece ser lo más cercano que tiene Sanuki a un centro de pueblo, había una estatua de un baile local.



Post-última parada, pos-postre: udón con café. No, ya se pasaron de la raya. ¡El udón lo remojan en una tasa de café! Ni lo probé. Suficientes fideos para mí.

Esas fueron todas mis aventuras en Sanuki. La cosa que más me llamó la atención de este pueblo es que el precio de la comida es sumamente bajo. Yo había escuchado de Sanuki antes del viaje, lo que quiere decir que es un nombre que suena, es un pueblo al que la gente va a comer. A pesar de esa afluencia de turistas, los precios de la comida son prácticamente nada. Me da pena con las personas que se pasan todo el día en medio de agua hirviendo preparando udón para cobrar tan solo unos pocos yenes.

Si tuviera que resumir mi imagen de este pueblo en una foto sería a través de la siguiente:



Sanuki es un sencillísimo pueblo de agricultura con algunas montañas a la distancia. No hay nada que ver y no hay nada que hacer que no sea probar udón.

De regreso en el carro nos tocó más horas de carretera en las que hablamos aun más tonterías. Una cosa que me fascinó durante todo el viaje es que el artista no paró de dibujar nunca. Se trajo un cuaderno de bosquejos gigante y sin importar curvas ni baches dibujaba. No le pregunté porqué dibujaba tanto. Pensé que podría ser para practicar, para ser mejor artista en la compañía. La otra posibilidad es que se hizo artista porque le gusta dibujar constantemente, y ese es su hobby. El punto es que de tanto dibujar, eventualmente pasó a dibujarme a mí. Así me veía yo cuando volteaba para hablarle.



Y es así que luego de visitar 5 tiendas en un pueblo de arroz agarramos el camino de vuelta. El sol no esperó por nosotros. Cuando llegamos al puente para retornar a la isla principal ya era de noche. Eso fue muy bienvenido porque nos permitió ver la otra faceta del famoso puente Akashi-Kaikyô:











Y ya. Eso fue todo. Fue un viaje sin ningún punto alto. No hay historias súper interesantes, no pasó nada extraordinario, no hay grandes vistas que mostrar. Nos montamos en un carro, 4 horas, comimos fideos, carro de regreso… Si yo fuera un lector pensaría que los japoneses están locos. De hecho, como extranjero  este tipo de viajes me parecen un tanto excéntricos. Sin embargo, como participante me gustó el viaje. Las semanas previas estuvieron cargadas de estrés en la compañía. Poder salir a respirar un aire distinto (¡en otra isla!), sin apuros, bromeando con amigos, probando el mejor udón de Japón, fue muy relajante.

Y a todas estas ¿Qué tan bueno es ese udón de Sanuki? ¿Vale la pena echarse ese viajesote? Para mí no vale la pena. Tal vez porque como poco udón mi paladar no sabe distinguir un udón fino de un udón corriente. Ciertamente, el udón de Sanuki tenía una frescura que no se consigue en las tiendas comunes, pero eso es de esperarse pues lo preparan ahí mismo. Aparte de eso, es como si hubiera comido en cualquier localcito de Ôsaka…

Me pregunto cuál será la siguiente locura que haremos como shakai-jin...

jueves, julio 29, 2010

Shakai-jin

Aquellos que han tenido la buena fortuna de seguir la serie de animé Dragon Ball recoradarán con particular cariño el sufijo que se usaba para indicar la raza de algunos personajes. La gente del planeta Namekusei se llamaban Namekusei-jin y los guerreros con cola y gran fuerza eran los Saiya-jin.

El sufijo -jin no es un invento de esta serie, es parte del idoma japonés; se escribe con un kanji que significa "persona"; se pronuncia como se leería en castellano "yin", o sea, como los pantalones "blue-jean"; y denota "ser persona de ~". De modo que una persona de Namekusei es un Namekusei-jin, un mexicano es un Mekshiko-jin y un español es un Spein-jin. Los gentilicios en japonés tienden a ser fáciles de aprender.

Shakai no es un lugar, es una noción. Es ese conjunto relaciones e interdependencias entre las personas. En castellano shakai se dice sociedad. Por lo tanto, ingenuamente uno podría pensar que shakai-jin es una persona de sociedad y, a menos que uno sea un ermitaño viviendo en lo alto de una torre, como toda persona participa de la sociedad toda persona ha ser un shakai-jin.

Sin embargo, en Japón no toda persona es considerada un shakai-jin. Éste es un título especial y genera un aura de respeto. Los niños no son shakai-jin. Los estudiantes, aunque sean universitarios o de postgrado, no son shakai-jin. Las amas de casa y los retirados de la tercera edad no son shakai-jin. El título de shakai-jin se le otorga a aquel que aporta valor a la sociedad a través de su trabajo.

No hay una palabra en castellano que contenga todos los conceptos de shakai-jin, así que trataré de explicar todo lo que rodea a este título con la esperanza de poder transmitir este original concepto.

Ser un shakai-jin es visto como algo noble y elogiable. Y no hay quien desee más un poco de respeto que los jóvenes japoneses. Finalmente se les reconoce como parte activa de la sociedad, como adultos hechos y derechos.

Para la gente de mi labotarorio esto significaba mucho, y no dejaban de recordarme que en pocos meses me convertiría en un shakai-jin. Yo, ignorante del concepto, no sentía ni la menor pizca de emoción en convertirme en un empleado a tiempo completo, que es lo que para mí significaba esta palabra. Pero lo que todos veían era la transición a la adultez completa.

Los shakai-jin son reconocidos como adultos independientes, con todos los derechos y responsabilidades. Tienen derecho al respeto, derecho a gastarse el dinero de cuanta manera ridícula conciban, derecho a estar cansados y estresados, derecho a no ejercer sus derechos de vacaciones anuales, etc.

Claro está, no hay derecho sin deber. La libertad económica y el respeto vienen con una etiqueta de precio. Por un lado la responsabilidad es grande. La responsabilidad en Japón es igual a la misma responsabilidad que uno tendría en occidente más el peso de llevar el nombre de la compañía en tus hombros. Japón es una sociedad de sociedades. Uno nunca es solo, uno siempre es uno en un grupo. De modo que si robas, causas un accidente de tránsito, o haces cualquier cosa que merezca ser nombrada por la prensa, no dirán Simón de Venezuela, sino Simón de Platinum Games. En occidente, si te llevas un semáforo por andar manejando ebrio, eso es problema entre tú y la ley, nadie en tu compañía se molestará por ello. En Japón tendrás a toda la compañía molesta contigo porque has manchado el nombre del grupo; posiblemente perderán algunos clientes, la compañía hará menos dinero y todo será tu culpa. Quién sabe qué te toque más allá, tal vez un despido sería mejor al perenne desprecio silencioso de años por venir.

Sin embargo, no es esta responsabilidad la que define al shakai-jin. En mi experiencia lo que define a un shakai-jin es una constante preocupación por ser considerado con los demás. Ahora bien, no es tan simple como suena.

Esa consideración con el prójimo es un super-conjunto de la buena eduación occidental. Tenemos el básico "buen día", que se da con un tono de voz adecuado y con pronunciación inteligible, incluso al subirse al ascensor. También tenemos el básico ser puntual. Si por alguna causa de fuerza mayor uno va a llegar tarde, aunque sea un par de minutos, uno tiene consideración con el otro y, para evitar que se desespere, llama por teléfono y avisa.

Cuando uno saluda en Japón no da la mano, hace una reverencia. Un shakai-jin sabe que echar la cabeza para adelante cual pájaro a la vez que produce el sonido "~su" no constituye una reverencia, aunque sea común entre los estudiantes. Un buen shakai-jin conoce los distintos tipos de reverencia y hace uso del adecuado. Un inclinación de 15 grados con respecto a la vertical se ejecuta brevemente y es una pequeña señal de respeto. Normalmente va a compañada del saludo "o-tsukare-sama desu". Una de 30 grados dura tan solo un poco más y es más cortés, perfecta para saludar al presidente de la compañía o dar las gracias por un favor. Una de 45 grados es una gran reverencia, debe durar alrededor de 5 segundos y se usa en caso de una grave falta de respeto, algo que merezca una disculpa profunda. No hay inclinación mayor que esta.

Cuando un shakai-jin va a tomar asiento toma en cuenta el principio del "kami-za, shimo-za", es decir, "puesto superior, puesto inferior". Evidentemente, hay mejores puestos y peores puetos, y es deber del considerado shakai-jin ser considerado con los demás y ofrecer los mejores asientos a superiores e invitados. En un taxi el mejor asiento, el "kami-za", es el que está en la parte posterior y opuesto al conductor, porque es el de más fácil acceso; mientras tanto, el "shimo-za" será el asiento del medio, por ser el más incómodo. En un ascensor el "kami-za" será la parte de atrás del mismo, pues no hay que preocuparte por hacer espacio para los otros pasajeros ni bajar y subir del aparato para permitir que los demás puedan salir y entrar; el "shimo-za" será el lugar enfrente del tablero de control, porque le toca operar la máquina y bajar y subir según sea requerido por los demás.

Cuando un shakai-jin acuerda una reunión llamará el día anterior para recordar la cita a la otra persona, será puntual y no tomará alcohol en el almuerzo anterior a la reunión para evitar ofender con el olor. Cuando conoce a una nueva persona intercambiará tarjetas de presentación sosteniendo la suya con ambas manos, de modo que la otra persona no tenga que rotarla para leerla. No doblará ni rayará la tarjeta recibiba. Tampoco la guardará, de modo que siempre tenga a la vista el nombre del interlocutor, lo que es un signo de respeto y consideración.

De Japón es bien conocido que se utiliza el honorífico -san luego de los nombres de las personas. Ahora bien, un shakai-jin sabrá cúando y cuándo no utilizar dicho sufijo. Dentro de la compañía se utilizará para referirse o para hablar con superiores. Fuera de la compañía se utiliza con cualquier persona. Sin embargo, si estoy hablando con alguien fuera de la compañía y me refiero a mi jefe no puedo utilizar -san. Aunque sea el presidente de la compañía tengo que referirme a él a secas. La razón es que -san es un honorífico relativo, y al llamar a mi jefe con -san estoy forzando mi jefe por encima de mi interlocutor, lo que no es ser muy considerado. Claro está, si estoy hablando con mi jefe, aunque sea en presencia de personas de afuera, me toca utilizar -san. Hay una excepción y es que uno no utiliza -san cuando llama a una persona por un título que ya tiene cierto honor. Es una falta de respeto decir "presidente-san", porque es un doble honorífico, y todos los doble-honoríficos están reservados para la familia Imperial.

Al uno ver cortesía tan abundante como el aire brotar por cada detalle y movimiento queda claro porqué Japón funciona: los engranes de esta sociedad están lubricados con el esfuerzo y consideración de los shakai-jin.

Son las personas que producen, las que toman los trenes atestados para ir a crear significado con su trabajo, los que se esmeran por que el otro se sienta agradado con cortesías los que se ganan el título de shakai-jin.


lunes, junio 14, 2010

Hanami

Japón tiene cuatro estaciones bien definidas. Tan bien definidas que algunos nacionalistas radicales llegaron a considerar que era el único país en el mundo con realmete cuatro estaciones. Cada estación trae consigo diferentes tradiciones, colores y comidas. La mente del japonés funciona cíclicamente entre estas fases anuales, disfrutando la presente y esperando con ansias lo bueno de la siguiente. Muchos dicen que la vida en un lugar sin estaciones sería constante y aburrida.

El verano es húmedo y caliente, en sus noches hay festivales y fuegos artificiales, y se consigue kakigôri por doquier. Otoño es fresco, la distensión perfecta del verano. La gente va a ver los arces vestidos de hojas rojas y pasean por las noches admirando la nítida luna. El invierno es frío, por lo que se come "nabe", una gran sopa con un montón de vegetales. La gente esquía y hace conejos de nieve . Al igual que las demás estaciones la primavera trae sus tradiciones, pero la primavera es especial de entre sus hermanas pues uno de sus rituales es sinónimo del ser en cuanto japonés: el hanami.

Si hay un árbol y flor símbolo de Japón, ese es el sakura, o cerezo. Durante casi todo el año este árbol es apenas distinguible de entre los árboles comunes. Tiene hojas verdes y delgadas ramas color tronco. En invierno se queda calvo de hojas. Pero al llegar la primavera se vuelve el centro de atención de toda una nación. El sakura florea. Se cubren en su totalidad por pequeñas flores de un color rosado casi blanco.







En las noticias se dan predicciones de cuándo empezarán a florear. Cuando ya están floreando reportan el movimiento del fenómeno, que es una ola que empieza en la isla sureña de Kyûshû, asciende por Honshû y va a dar hasta Hokkaidô.

Cuando los sakura florean, se hace hanami. Hana significa flor, mi viene del verbo miru que significa ver. Hanami significa ver flores, pero por "flor" se refieren exclusivamente a las flores de los sakura, y por "ver" se refieren a hacer una fiesta. La mejor palabra que uno puede usar para traducir hanami sería picnic. En un hanami los japoneses se sientan sobre lonas azules para disfrutar de la comida y del abundante alcohol, entre risas y el desafinado cantar de aquel que se trajo su equipo portátil de karaoke.

Aparentemente, hace más de mil años el florear de los cerezos se usaba para predecir qué tan buenas serían las cosechas arroz, y sake era ofrecido a los espíritus de estos árboles. Eso fue evolucionando a que la gente se tomaba el sake, agregaron banquetes y ahora es una fiesta bajo los sakura para estrechar la amistad.

El hanami es importante. Todo el mundo va de hanami. Familias, amigos, laboratorios universitarios y compañías. Como todo el mundo va de hanami hay competencia por tomar los mejores lugares. En la universidad es común que los laboratorios aten notas en el tronco de un cerezo reclamando esa área tal fecha para tal laboratorio. Como se necesita mucha área cubierta de flores, y como a los japoneses les encanta tanto, los cerezos son plantados en jardines, parques, castillos y a los lados de las calles.









El cerezo se mantiene floreado por apenas una o dos semanas, y luego vuelve a su ser normal.

Los extranjeros recien llegados traen consigo las imáganes de los hanami que se ven con mucha frecuencia en el arte popular japonés; de modo que experimentan toda la emoción que se genera entorno al florear de los cerezos, la cobertura en la televisión y los planes de ir de hanami. Pero cuando van a ver, no han pasado un par de fines de semana cuando los sakura se convierten en árboles comunes (y dejan un reguero de flores en las calles). No es extraño que los extranjeros piensen que es demasiada emoción en vano. Que tener el país cubierto de cerezos solo para ver flores dos semanas no vale la pena. Pero esa brevedad es un aspecto importante del sakura. Debido a la influencia del pensamiento budista, el fugaz florear se aprecia como un símbolo de la vida, que es bella pero temporal.

Cuando estaba en el lab. todos los abril tuvimos un hanami. También iba de hanami con la gente del dormitorio. Ahora que estoy trabajando, tuve un hanami corporativo.

Como entenderán por lo explicado en otros posts no puedo contar mucho de este hanami, sólo que fue. Aquí pueden ver la ignauguración del mismo, aunque no hay mucho que ver y menos que escuchar.



Esto del hanami ocurre a principio de la primavera, de modo que ocurrió a principios de abril, pero por estar muy ocupado no pude contarles sino hasta hoy.

lunes, mayo 31, 2010

¿No que no?

Se suponía que Un mes más sería el último post donde no hay contenido real sino excusas. Lamentablemente, no va a poder ser así.

Esta semana va a haber un evento dentro de la compañía en la que trabajo. Es un evento interno, nada que tenga relevanacia dentro del mundo de los juegos. Sin embargo, es un evento importante para la gente de la compa~ía, y somos los nuevos los encargados de que éste se lleve a cabo con éxito. Esto ha implicado un sinnúmero de reuniones y preparativos en las horas extra-laborales en las que se suponía que escribiría en el blog.

Hay un par de posts que he querido escribir desde hace unas semanas. He decidido que es mejor esperar a que pase el evento para poder escribir explayadamente.

Disculpen por otro mes vacío.

domingo, abril 18, 2010

Un nuevo mundo

Maravilloso. Si tuviera que resumir en una palabra el poco tiempo que llevo en Platinum Games diría que ha sido maravilloso. Es empezar desde cero en un área de la cultura japonesa que me es totalmente desconocida: la cultura laboral. Mas no es sólo la cultura, es todo el mundo tras bastidores de los videojuegos. Ahora es que voy a aprender, ahorita es que estoy tomando los primeros pasos sobre la orilla de la tecnología en la que me voy sumergir. Es algo muy emocionante.

Lamentablemente, hay cierta razón que no me permite contarles mucho de lo que pasa en mi sitio de trabajo. De hecho, esa razón no me permite decirles cuál es esa razón. Sin embargo, Platinum Games me facilita mostrarles ciertas cosas. En estos momentos PG tiene un proyecto llamado PG Eye. Este ojo digital es un webcast en vivo de una porción del área de desarrollo de la compañía. A través de él pueden ver lo que pasa en PG en el día a día, y de vez en cuendo pueden ver eventos especiales.

Cómo llegar a PG Eye es muy fácil, se meten en la página web japonesa de Platinum Games http://www.platinumgames.co.jp/ y hacen click abajo donde dice "PG Eye". También pueden acceder al webcast a través de la página de u-stream http://www.ustream.tv/user/pgeye. PG Eye funciona de lunes a viernes de 9:30 a 18:00 hora japonesa (GMT +9).

Si en este momento no están en horario de trabajo japonés aquí pueden ver una grabación de cuando empezó a transmitirse PG Eye, una escena aleatoria de la cotidianidad de PG:



El siguiente video es un poco de más interés. Como dice en el título en japonés es una reunión matutina extraordinaria de inicio de año fiscal. En el tiempo 1:55 entran unas personas. La décima persona en entrar, el de mangas largas blancas, parece ser un extranjero. A partir del minuto 3:00 uno entiende por contexto que estas personas que entraron se están presentando. Finalmente en el tiempo 5:55 es el turno del extranjero. Parece dirigir sus palabras a todos los participantes, y como pueden ver, termina con una inclinación muy exagerada…



Si revisan el blog de PG podrán ver que no he escrito nada todavía. Espero contar con la suerte de poder escribir cosas muy interesantes por esa vía.

No, no, no. No te puedes escapar de este post así de fácil, por lo menos cuéntanos qué se siente, ¿no?

Bueno, me parece que sí les puedo contar mi impresión. Como decía al principio de este post, este par de semanas han sido maravillosas. La sencilla razón de estar dentro de una compañía de videojuegos tan profesional como esta me alegra todo el día laboral. Cuando por alguna razón me toca moverme dentro de la compañía, no puedo evitar sonreir de felicidad por estar ahí, de ver qué cosas se están produciendo y de ver cómo son hechas; pero más importante que estar y ver, es el hecho de que ahora soy parte de ese equipo que hace videojuegos; que algún día saldrá un juego que llevará parte de su código escrito por mí, y que mi trabajo será reconocido en los créditos luego de la escena final. Claro, pocos saben que me siento así, de modo que mis colegas han de pensar que yo estoy un poco loco por andas sonriendo de repente en medio del área de desarrollo.

¿Es PG como lo esperabas?

Supera muchas de mis expectativas. Yo imaginaba que pasaría muchas dificultades al principio, pero mis colegas han sido todos muy amables y eso me ha permitido adaptarme al ambiento. En cuanto al japonés no me va tan mal. A veces me cuesta entender lo que dice alguna persona o me pierdo en las conversaciones con terminos coloquiales, pero el idioma no ha sido una barrera para que haga mi trabajo. Por otra parte, yo pensaba que sabía mucho de programación, que quedaba poco por aprender, pero cada día mis ojos son abiertos a modos de pensar a los que nunca hubiera prestado atención. Si en estas dos semanas he crecido tanto, no puedo sino estar emocionado por cómo será dentro de un par de años.

¿Entonces te gusta tu trabajo en PG?

Sí. De hecho, el hecho que me guste tanto, que salga tan feliz de la oficina cada día, me hace pensar en lo importante que es que a una persona le guste su trabajo. Es decir, uno va a estar haciendo ese trabajo gran parte de la semana, así que lo ideal es que sea algo que te haga feliz hacer, y no hacerlo sólo por el sueldo.

¿Y si nos cuentas tu día a día?

Me levanto temprano y agarro media hora de tren hasta Umeda, la zona donde está el Sky Building. Luego … A la hora de almuerzo cruzo la calle hasta un kiosko donde venden unos o-bento (cajas de almuerzo) muy buenos e increiblemente baratos. Luego, en la tarde … y salgo feliz de mi trabajo. Estas semanas he cenado en locales en Umeda y ya se está volviendo costumbre ir a cenar râmen con unos amigos del trabajo.

Espero poder contar cosas más interesantes para la próxima entrada.

miércoles, marzo 31, 2010

Preparativos

Mañana empiezo mi trabajo como programador en Platinum Games (como de ahora en adelante me referiré mucho a la compañía la abreviaré PG). No tienen que preguntar, estoy muy emocionado. ¡Voy a hacer videojuegos! Y, permítanme alardear un poco, no es en una compañía insignificante, es en la compañía de los creativos detrás de juegos como Resident Evil, Viewtiful Joe, Ôkami, y más recientemente, Bayonetta.

Este es también un nuevo mundo en cuanto a cultura se refiere. Por supuesto, es cultura japonesa, pero es un subconjunto muy particular de la misma. Vamos a ver qué cosas aprendo y qué cosas me deja contar el NDA.

Por lo pronto les puedo contar que mi primer salario lo recibiré el 25 de mayo del año en curso. Sí, el primer sueldo lo pagan a finales del segundo mes. Aparentemente eso es muy común en las compañías japonesas. De hecho, Toyota y todas las compañías de ese grupo son famosas por seguir esta tradición con rigurosidad.

Dar este paso tan importante implica prepararse. Mis preparativos han sido bastante variados.

En primer lugar, me tuve que graduar. La oferta de trabajo que hacen las compañías japonesas con varios  meses de antelación es condicional a que uno se gradúe cuando uno se tiene que graduar. El acto de grado fue en el Osaka Castle Hall. Hacer un acto en un teatro gigante es la única manera de meter a 3500 graduandos más familiares, orquesta y profesores.









Lo malo de que seamos 3500 graduandos es que no es posible que todos suban a recibir su título de manos del rector. Un representante por carrera es llamado al podio y sólo a esa persona se le entrega el título.



A la vez que esto ocurre, todos los estudiantes de dicha carrera se ponen de pie. Eso es todo. Es bastante anti-clímax para los largos semestres de dedicación que uno le pone a la tesis de maestría.

Evidentemnte, a cada graduando le tienen que dar su título. En el caso de Informática y Ciencias Físicas, hubo un mini-acto de grado en un salón cualquiera de clases de la universidad. Uno de los profesores llamaría nuestros nombres y subiríamos a la tarima a recoger nuestro diploma. De nuevo, bastante anti-clímax.

Esa noche fue la fiesta de graduación del departamento. Como parte del entretenimiento, se le permitía a los graduandos hacer mochi. El mochi es una masa que se hace golpeando arroz con un mazo gigante. Luego es cocinada y servida a los invitados.





Luego de hacer mochi recogí mi premio a la mejor tesis de la especialidad, que resultó ser un diploma y una medalla.

Así se ve mi medalla:



Y así se ve un diploma japonés de garduación de maestría. Tomen en cuenta que ese es un folio de tamaño A3:



El sello grande, cuadrado y rojo en la esquina superior derecha es el sello de la universidad. Normalmente, los sellos institucionales son cuadrados. Los sellos personales son redondos. En Japón no se acostumbra a firmar, se acostumbra a poner sellos. Como parte de mi preparación tuve que mandar a hacerme un sello pequeño y redondo.

Cuando me mudé al apartamento en el que vivo ahora, tuve que mandar a hacer un sello, o hanko, para poder firmar los papeles de arrendamiento. Ahora que voy a firmar un contrato con una compañía necesito un sello. Sin embargo, decidí no usar el del apartamento. Aquel sello tiene mi primer nombre escrito en unos kanji con una lectura no estándar. Pensé que eso no sería apropiado para un contrato serio, así que mandé a hacer un sello con mi apellido en katakana, que sería lo más tradicional para un extranjero.



El sello lo tuve que registrar en la municipalidad. Eso implica que en la municipalidad le harán un par de impresiones y la guardarán en un archivo de modo que si fuera necesario saber si una impresión fue hecha o no con mi sello, se pueda cotejar. En el registro me dieron un papelito que dice que está registrado a mi nombre. Lo que selle con ese hanko me compromete legalmente…

En la misma municipalidad también me tocó pedir el nenkin-techo. Es una libreta donde son anotadas tus contribuciones al sistema de pensiones de Japón. No es una opción, es una obligación para todos los empleados de todas las compañías japonesas. No es una libreta muy emocionante, tan sólo se va a quedar con parte de mi salario mensual.

Como se habrán dado cuenta, la noche en que hice mochi yo tenía un estilo un tanto peculiar de barba. Resulta ser que en el lejano oriente, las personas que entran como nuevos empleados a una compañía tienen que afeitarse al ras completamente. No es un requerimiento legal, es un requerimiento social. Imagino que el origen yace en dar una buena impresión, una impresión de limpieza y aseo, no sólo dentro de la compañía sino también a los clientes.

Yo me dejé la barba desde octubre del año pasado porque sí, porque nunca lo había intentado, porque quería ver que tal me quedaba.

Luego de varios meses de no afeitarme pude llevar con orgullo el estilo náufrago.



Como poco a poco se acercaba el día de mañana decidí recortarme la barba pasando por varios estilos, como hacen en el blog The Quest for Every Beard Type.

Luego intenté este estilo que creo que se llama short boxed:



Luego probé algo muy inusual, el hollywoodian:



Pensé que se vería peor que eso. Pero como tampoco se veía tan bien pasé a intento de balbo



que fue cuando me gradué. Ya luego pasé a intento de VanDyke



y ya no tengo barba :D

Tal vez lo de la barba no sólo sea por presentación personal, sino también como parte de un rito de iniciación. He escuchado que a los nuevos en las compañías se le asignan trabajos como servir té y sacar la basura. No es que uno empieza como camarero, es que uno va a ser camarero además de hacer su trabajo ordinario. Me parece que será un rito de iniciación fuerte pues durará un año y tendré responsabilidades encima de aprender a hacer juegos, que de por sí no debe ser algo tan fácil.

Si uno revisa la página web en japonés de PG, uno verá que las contribuciones al blog son mayoritariamente hecha por los nuevos. Es decir, parte de mi rito de iniciación será escribir el blog de PG ¡Por supuesto, habrá versión en español por aquí!