martes, noviembre 23, 2010

El ambiente de P*

Aquí está la traducción del segundo post que escribe un tal Shimon en el blog de P*:


La primera vez que entré a las oficinas de P* me sorprendí. El primer pensamiento que pasó por mi mente fue “Esto es el Hollywood de los video juegos”. La gente aquí no está jugando, están desarrollando juegos profesionalmente. Ese día que visité P* estaban durante el desarrollo de Vanquish; todas las personas trabajaban con seriedad utilizando tecnología de punta. Algunos refinaban la animación de cubrirse de Sam, el personaje principal de Vanquish; algunos estaban modelando un nuevo escenario con herramientas que nunca antes había visto; algunos tenían instrumentos musicales en sus escritorios y con ellos componían el soundtrack del juego. ¡Estoy tras los bastidores de la industria de los video juegos!

¿Uds. no considerarían que un lugar donde la gente trabaje con demasiada seriedad sería un tanto aburrido? Un lugar donde los programadores escriban código sin decir nunca una sola palabra, donde los artistas dibujen sin quitar jamás los ojos de los monitores, con toda seguridad ha de ser un lugar aburrido. En el ambiente de una oficina común y corriente no se pueden crear juegos divertidos.

Por fortuna, P* no es así. El siguientre pensamiento que pasó por mi mente fue “Esto es el Disneyland de los video juegos”. Les cuento porqué:

Por donde sea que uno camine en las oficinas de P* se ven juguetes. Los hay sobre los grandes escritorios de los desarrolladores, sobre las computadoras y monitores, inclusive hay estantes dedicados a las colecciones de figuras. Al ver juguetes de series de animé, de juegos de P*, de juegos de otras compañías, de películas occidentales, etc., pensé que estaba entre compañeros. Estar rodeado por expresiones de la cultura de los video juegos es lo máximo. Nunca imaginé que el ambiente de una compañía de videojuegos pudiera ser así de divertido.

Un lugar en el que uno puede entretenerse con la cultura de los video juegos, donde uno puede trabajar relajadamente, y que el trabajo que uno realize sea el desarrollo de juegos es para mí el equivalente a Disneyland. Sin embargo, las razones que contribuyen a generar un ambiente en el que se pueden desarrollar juegos no se limitan a los juguetes sobre los escritorios.

Una de esas otras razones es que P* es una compañía en la que no hay parades. La oficina principal es una única y enorme habitación. No hay cubículos ni particiones que te separen del resto de las personas. Si quisieras consultar algo sobre el desarrollo, o si quisieras hablar sobre el último juego que jugaste, o sobre cualquier otra cosa, el hecho de que no hayan paredes hace que sea mucho más fácil entablar un conversación. Bueno, a veces sí hay paredes... de juguetes...

Ahora bien, no es sólo la falta de paredes físicas, tampoco tenemos paredes sociales. Es decir, es un ambiente en el que es fácil hablar con quien sea. El hecho de que uno puede dar libremente su opinión sobre los juegos que se están desarollando (sin censurarse cuando uno tiene alguna objeción), o sobre qué es lo siguiente que uno quiere desarrollar (o qué no le gustaría desarrollar), hacen que P* sea para mi un lugar bastante cómodo.

Por último, hay algo que contribuye a ese ambiente de desarrollo de juegos. Es una cosa trivial, pero me gusta mucho. Es el hecho de que muchas personas recién llegan a la compañía se quitan los zapatos, incluído yo. Algunas personas se ponen zandalias o crocs del color de su preferencia, algunas personas andan en así no más en medias. Cuando yo me siento en una silla cruzo las piernas, de modo que estoy agradecido de P* no sea un ambiente occidental en donde uno siempre tiene los zapatos puestos. Comodidad++ Definitivamente, el ambiente de P* es divertido.