domingo, marzo 22, 2009

Cosplay × 1000

Nipponbashi es conocido como el Akihabara de Ôsaka, es el barrio para otaku más grande de Japón después de Akihabara. Aquí se encuentra una zona denominada Den-Den-Town (pueblo de tiendas de electrónica) y detrás de éste se encuentra Ota-road, o la calle de los otaku.

Realmente, Nipponbashi no tiene nada que envidiarle a Akihabara. Aquí se consiguen desde maid-café hasta tiendas de reliquias de animé, desde las laptos más nuevas hasta tiendas de LPs, modelos hechos a la medida, robots completos o para armar, etc, etc, etc. Básicamente, cualquier cosa que un otaku pueda soñar.

Como tengo un poco de otaku en mis venas he ido un par de veces a buscar juguetes como el EVA-00, ó las esferas del dragón. Es en Den-Den-Town donde compré mi no-tan-cara y ultra-poderosa laptop actual.





Pero esta vez fui invitado por un amigo co-becario con motivo del Nipponbashi Street Festa 2009. Éste es un evento que se lleva a cabo cada año, este año es la quinta iteración. Aparentemente se realiza en equinoccio de primavera y es vendido como un matsuri o festival.

El evento abrió con mucha parafernalia, discursos oficiales, doncellas de templos y una explosión de vapor estilo Power Rangers.






Luego hubo la tradicional procesión de un matsuri. Solo que, en lugar de un o-mikoshi conteniendo una reliquia donde se supone va un dios, aquí llevaban una linda japonesita o artículos electrónicos representativos de Den-Den-Town… Sacar a pasear un Blu-ray Player sólo se ve en Japón…






También las maids tuvieron oportunidad de hacer propaganda a sus establecimientos.




La cola de la procesión venía formada por personajes de animé.



Una vez que se acaba la procesión es cuando comienza lo bueno: la gente.



La calle principal de Den-Den-Town es cerrada al tráfico y es tomada por cosplayers. Cosplayer es aquella persona que tiene por hobby hacer cosplay. Cosplay es disfrazarse de un personaje de animé/videojuegos/películas/etc. Pero no es comprar un disfraz en un tienda y listo. En lo absoluto. El espíritu del cosplay es hacer tu propio disfraz, y no es sólo ponértelo, es tratar de transmitir la imagen de tu personaje.

No había una organización como tal. Los cosplayers caminaban por la calle y eran detenidos por fotógrafos aficionados o fans de su personaje.

No voy a escribir mucho más. Espero que viendo estas fotos puedan sentir un poco del ambiente cargado de energía otaku.


















Aquí hay unos cosplay bien elaborados, y uno poco oriental.











Esta niñita atraía multitudes. Pura ternura.






En un lugar de gente tan variada y exótica hay mucho espacio para la tolerancia.






En un estacionamiento en Ota-road se organizó una expo de carros con motivo otaku. ¿Quién imaginaría tunning otaku?













A lo largo de la calle principal de Den-Den-Town se colocaron escenarios donde grupos locales mostraban sus danzas retro-modernas.










Normalmente uno le pide al cosplayer ichi-mai ii desu ka? (¿estaría bien si le tomo una foto?), y al finalizar le agradece con una reverencia. Pero esta cosplayer estaba metida en un grupo más grande, así que era imposible que le hablara. En lugar de eso hubo una conexión personal. La ví, ella me miró, hice un gesto entre reverencia y pedir permiso y ella me concedió esta mirada.




Al final le agradecí de nuevo en silencio, muy feliz. A partir de ese momento traté establecer esa breve conexión personal entre modelo y fotógrafo, más comunicáncome con miradas que con palabras.














Me atrevo a decir que es por las conexiones humanas que muchos otaku se acercan a este tipo de eventos. En especial esa silente conexión entre fotógrafo y modelo. Es como entrar a una tienda de helados y tomar una probadita de cada sabor. Son unos breves segundos de intimidad con mil personas diferentes.