Una vuelta por Kansai
Estando del otro lado del mundo me es muy difícil reunirme con mis amigos. Ninguno de ellos llegaría un día a tocar mi puerta y decir "Hola, estaba por aquí de paso a Siberia y pensé en visitarte". No. Pasarse por Japón es algo que se hace explícita y premeditadamente.
A pesar de llevar aquí casi año y medio, hay muchos sitios famosos de Japón que no conozco. Este verano tuve la gran alegría de recibir en mi apartamento un grupo de 3 viajeros, un subconjunto de mis queridos amigos venezolanos: MB+NL y Roberto (no, no es Raúl, éste es el hermano de NL). Se quedaron en el cuarto de tatami para peregrinos. Por fin se le dio uso al sofá-cama y al futón extra que tengo. Quedamos un poco apretujados, pero así es más divertido.
Para ellos organicé un viaje por Japón, pasaríamos por todos los sitios importantes que fuera itinerariamente posible. Ahora sí, estaba listo para poner muchos checks en mi lista de sitios por visitar (-;
El plan era visitar toda el área de Kansai utilizando como base de operaciones mi apartamento. Luego, ir hasta Tôkyô y ver más cosas allá.
Empezamos el mismo día que llegaron al aeropuerto sobre una isla artificial Kansai International. Había hambre, ¿Adivinan qué fuimos a comer? No, fuímos a comer comida china. Una versión mucho más cercana a la real que la que se consigue en latinoamérica.
Como era tabehôdai (all-you-can-eat) pudimos probar de todo. Podrán notar todos los platos que se acumulaban unos sobre otros.
Nos acompañaron el gringo Luis y su novia coreana Mignon (se pronuncia como el filete). Ahí mis amigos pudieron tener una probadita del profundo pensamiento oriental cuando Mignon les dijo a los hermanos que sus ojos eran iguales. Ellos contestaron que realmente no es así. Ella aclaró que si bien son diferentes, el sentimiento es el mismo.
Como pensé que ellos estarían agotados de un viaje tan largo, el plan para el segundo día era ir a Biwako, o lago Biwa. La idea sonaba relajante. Biwako es el lago más grande de Japón y surte de agua potable a Kyoto, Shiga y creo que Ôsaka. Nos bajamos en la estación de Shiga y conseguimos esto:
Playa lacustre. Los que teníamos traje de baño nos zambullimos, los que no, lo fueron a comprar a la tiendita.
Fue un descubrimiento excelente. Playita era justo lo que necesitábamos para contrarestar el calor del verano. Era como entrar al mar, con la feliz diferencia de que el agua era dulce. Además, habían pequeños riachuelos que fluían desde las montañas, y si te acercabas bajo el agua podías sentir la corriente fría diluirse en el lago.
Esa noche fuímos a cenar a Dôtonbori, un paseo en Ôsaka lleno de tiendas de comida típica.
Ahí probaron tako-yaki, que son unas bolitas de masa rellenas de pulpo y cubiertas con bonito rallado:
La cena real fue en Ichi-ran, una tienda de râmen. En mi humilde opinión, ellos hacen el mejor râmen de Japón. Es una tienda originaria de Fukuoka, y es algo peculiar, pues no hay mesas para grupos. Cada quien come en su sección privada de la barra:
Además de râmen preparan un huevo tibio que es excelente. Todos estuvimos de acuerdo en que era algo especial. Uno pensaría que huevo tibio es igual en todo el mundo, pero no. Yo no sé si por ósmosis hacen que le entre algún ingrediente al huevo, o si alimentan las gallinas con algo especial, pero era realmente bueno.
El tercer día fuímos a la prefectura de Nara. Tuvimos la suerte de contar con un guía natural de allá, un compañero de la maestría que se ofreció.
Por la mañana fuímos a Asuka (se pronuncia Aska, gracias). En el pasado remoto fue capital de Japón (538~710, justo antes de que Nara fuera capital). Ahí se conservan muchos sitios de interés histórico. Pero nosotros fuímos a ver sólo dos cosas.
En primer lugar vimos Ishibutai. Es una tumba del período Asuka construída con rocas de varias toneladas. Ishibutai significa "escenario de piedra", y es que en algún punto de la historia se olvidó que era una tumba y la gente de la zona la usaba como escenario para que las muchachas hicieran sus danzas. No conformes con bailar sobre su tumba, cuando alguien se dio cuenta de lo que era, la saquearon. Ahora adentro no queda nada. Pobre señor noble…
Conseguí un bastón a un precio irresistible. Me la pasé jugando a ser House (de House M.D.) todo el día. Algunos japoneses me veían raro, otros me daban paso prioritario (-;
De segundo vimos la tumba Takamatsu-zuka. Es un ataúd de piedra que estaba enterrado en un túmulo. Lo importante de la urna son las pinturas que adornan sus costados. Son las pinturas japonesas más antiguas que hay. Las pinturas permiten deducir que el difunto era alguien muy importante, tal vez alguien de la familia real. El atúd original está en muy malas condiciones así que exhiben unas réplicas hechas a mano.
Las pinturas estaban bien, pero no eran la gran cosa. Hasta que uno de los guías del lugar se acerco y decidió contarnos toda la historia. Como no hablaba más que japonés me tocó hacer de traductor simultáneo. Lo interesante es el análisis de cada pintura y cómo en conjunto representan una visita de diversos grupos de personas, de diversas partes de Japón, al dueño de la tumba.
De ahí fuímos a la ciudad de Nara. Sólo tuvimos tiempo de visitar el Tôdaiji, el templo en donde se haya una estatua gigante de un Buda hecha en bronce. El templo es la construcción más grande del mundo hecha en madera. Una de las columnas tiene un hueco. Se cree que si pasas por ese agujero quedas exorcizado de los demonios que causan enfermedades.
Roberto lo logró.
Por supuesto, los venaditos sagrados del templo se robaron la atención de mis amigos.
Esa noche la cena fue en el izakaya (taberna japonesa) de siempre. Contamos con la compañía de una amiga japonesa que habla español, una que habla húngaro y el novio de ésta.
El plan para el tercer día fue Himeji-jo, o el Castillo Himeji. Queda bien lejos de Ôsaka, algo así como 2 horas en tren… Lo bueno del castillo es que se conserva tal cual estaba originalmente. No ha sido convertido a museo por dentro ni nada por el estilo.
Pudimos aprender sobre la paranoia de la época. El castillo fue construído para una princesa con un nombre muy largo, ni traté de aprenderlo.
Todo estaba pensado y diseñado en caso de que los fueran a invadir. Había trampas para arrojar piedras y aceite hirviendo por si trataban de escalar las paredes; ahujeros para disparar balas, agujeros para disparar flechas en caso de que lloviera y la polvora no sirviera; escalones irregulares para que se tropezaran al subir las escaleras; caminos falsos que llevan a barrancos; columnas bajas para que los invasores se distrajeran tratando de no golpearse la cabeza mientras los defensores los atacaban por detrás; los espacios debajo del suelo eran hechos muy angostos para que los ninja no pudieran esconderse ahí; etc, etc, etc.
Y la única razón por la que el castillo sigue en pie es que nunca fue atacado…
Esa noche cenamos en Kobe. Lo que quería que experimentaran era la frescura de esa ciudad. No es que tenga buen clima, sino que se siente que es una ciudad recién hecha. Caminamos bajo la noche hasta "Harbor Land", un complejo comercial al lado del mar. Ahí cenamos una receta japonesa llamada Omu-raisu (abreviación de Omelette-Rice) en un restaurant con vista al puerto.
El cuarto día fue la tradicional Kyôto. De cajón que fuímos al Kinkaku-ji. Visitamos otros varios templos.
En el templo Kodaiji pudimos ver una exposición de dibujos de hace 200 años. Unos narraban una guerra entre samuarai y demonios. Los dibujos eran bastante precisos en cuanto a anatomía se refiere. Mostraban huesos, sistemas digestivos y cerebros de los demonios menos afortunados. Tal vez la violencia de algunos animé viene de esa tradición.
También visitamos el Kiyomizudera. Cosas interesantes de este templo: Está costruído sobre columnas de madera recostado de una montaña. No usaron ni un clavo en su construcción. Si saltas desde el escenario que ahí se ve, y sobrevives, se te cumple un deseo. Esa es la leyenda. Lo malo es que la caída son como 15mts. y el fondo está adornado con piedras…
Cenamos sushi. Finalmente. Fuímos a un sitio recomendado por un amigo. Era un kaiten-sushi, o sushi rotatorio. Hay una banda que transporta platicos con 2 unidadades de sushi. Si ves algo que te guste lo agarras, y al final calculan lo que comiste en base al número de platicos vacíos que tienes. El sushi estaba bueno. Y vimos algo inesperado. Sushi de caballo. Ha de ser la versión japonesa del salchichón. De los cuatro viajeros era el único interesado en probarlo, pero por culpa de los 15 platicos anteriores no me cupo :(
Esa noche hicimos las maletas y tratamos (sin éxito) de acostarnos temprano. ¡Al día siguiente partiríamos para Tôkyô en shinkansen!
:O!!!!!
ResponderBorrarsin comentarios... pura envidia me dan... >.< jejeje
Espero la sigan disfrutando por alla. Como siempre buenas fotos y buena narrativa (no pude con la tumba saqueada y el deseo que se cumple si sobrevives... jeje)
Por cierto, volviendo a ver las fotos, se me olvido comentar que ahora entiendo porque es comun ver en los animes (gradon ball, slayers, etc) a los protagonistas dejar una pila de tazas/platos cuando comen! jejeje... nunca habia pensado que esa situacion pudiese ser vista con cierta cotidianidad en japon (claro que en el anime es mas exagerado)
ResponderBorrarKitome (1 y 2): ¡Qué bueno que encuentres mis posts entretenidos! Sin embargo, siempre trato de que llegue un poco de conocimiento sobre la cultura de acá.
ResponderBorrarPues, en los kaiten-sushi es bastante normal ver apilarse los platos. Tambien si vas a un restaurante donde haya tabehoudai (all-you-can-eat) ;-)
Este post es lo máximo es muy divertido; me encanta la historia de la tumba, es muy graciosa y los extranjeros ipnotizados por los venaditos del templo. Bueno, de acuerdo a lo que he leído en tus post, una de las cosas que mas me gusta de Japón es que todo tiene como una historia. Debido a lo supersticios que me parece que son y toda esa cantidad de pequeñas leyendas que encuentras en todos los sitios culturales, de que si haces tal cosa (como lo de pasar por el hueco de la columna en el templo) vas a optener un beneficio magico, como lo de ser libre de los demonios de la enfermedad; convierte todas sus pequeñas historias en especie de cuentos de hadas o de ficción, y eso me parece muy entretenido. Por esa parte me parece que tienen mucha imaginación...
ResponderBorrarOMG cuantas preguntas intelectuales! mi pregunta es algo tonta jeje
ResponderBorrarque era el cochinito de la foto?
^^ kawai desu ne!
te pasas de abusadorsito con el baston de Dr. House. Deberias usarlo en el tren d tokio a ver como hacen los policias, si igual te empujan o te tratan mejorcito xD
PD(puse este comentario en el otro post q no era xD)
:P mi comentario está medio incoherente... lo d las "preguntas intelectuales" era poq lei los cometarios d otro post. haz caso omiso d eso (uy q pena)
ResponderBorrarDonde compraste el polo de 1UP ( el hongo verde que da 1 vida en Mario )?
ResponderBorrarestaba barato?
Suerte
Simon!
ResponderBorrarDemasiado bueno el post!!!
Las caras tuyas son literally gold!
Mas pics de esas para prox post XD
Y la tshirt de 1 UP, los lentes, el bastón!... insuperable
exelente...
ResponderBorrarno mas palabras para explicar lo que senti cuando lei tu historia, recorde varios de los lugares que visite tambien...
igual los benaditos del templo robaron mi atencion con las reberencias jjej, la comida, el ajetreo de caminar y alimentarse cada vez mas de su cultura
amanda: sip, aqui son muy supersticiosos. Es que la religion tradicional de Japon, el shintoismo, es muy magica.
ResponderBorrarSara: el cochinito de la foto es un dumpling relleno de cochino. Jajaja, lo siento, pero no voy a realizar ese experimento.
anonimo 1: thinkgeek.com pero no la compre yo, me la regalaron de cumpleannos (1up.... no?)
anonimo 2: jeje, gracias!
jossuerc: que bueno que te haya hecho recordar esa experiencia. Realmente es unico estar aqui :D