¿Y si nos mudamos? 2ª parte
(continúa de ¿Y si nos mudamos?)
Todo estaba listo: contratos sellados, todo pagado. Nos entregarían la llave el día 1º de marzo. Ahora teníamos que conseguir los muebles para el apartamento, y cómo mover todos nuestros corotos desde el dorm hasta el nuevo sitio.
Conseguimos muchos muebles gratis o muy baratos. Siempre hay estudiantes internacionales que están terminando sus maestrías o doctorados y que tienen muchas cosas que ya no necesitarán más. Por ejemplo, Andrea consiguió su cama gratis, se la dió un guatemalteco que regresaba a su país. También consiguió así escritorios, gavetas y demás. En el dorm una muchacha italiana pegó una propaganda de que vendía todo lo que tenía, y a muy buen precio. Ella nos vendió la mesa del comedor con sillas, un sofá-cama, mesita bajita japonesa, colchones para sentarse en el piso, armarios y una muy buena nevera. Una asistente del dorm nos regaló su arrocera electrónica. Un brasilero nos vendió otro sofá, un TV de 21'' y una bicicleta montañera de 21 velocidades. Así conseguimos muchas cosas que necesitábamos por una fracción de lo que valdrían en la calle.
El resto de las cosas las tuvimos que comprar nuevas. Horno de microondas, horno tostador, hornilla IH (inducción de calor), y los más caro hasta ahora: una lavadora-secadora. Ajá, ¡es dos máquinas en una! Lo único malo es que, por diseño, tarda mucho tiempo en secar, como 4 horas por una carga de ropa.
Yo me di el lujo de comprarme ciertas cosas caras. Primero, un futón, y era un futón de lujo. También me compré una almohada de plumas. Es que me quedó una muy buena experiencia de dormir en futones con almohada de plumas en Okinawa y en el gasshuku; siempre me levantaba muy bien reposado y lleno de energía. Compré unas cortinas a las que llamo "The veil of darkness" (El velo de la oscuridad). Son anti-luz, anti-calor, anti-ruido y anti-económicas. Al ponerlas mi cuarto queda aislado del resto de Japón. Es perfecto para dormir hasta tarde sin que te despierte el sol o los carros.
Teníamos que contratar los servicios de gas, luz, agua e internet. Lo único relevante es que, al contratar a NTT como proveedor de internet, por una promoción del mes, me regalaron 2 000 Wii points. Éstos son unos puntos que puedo utilizar para comprar juegos para el Wii a través de internet. Increíblemente nos dieron 10 000 puntos (equivalen a USD $ 100) para la tienda Yodobashi Camera. Es una tienda de como 8 pisos de todo en tecnología, desde USB pen-drives hasta lavadora-secadoras, pasando por juegos de Wii. Usamos esos 10 000 puntos para que la lavadora-secadora nos saliera más barata.
Y en cuanto a burocracia, había que notificar a la municipalidad que uno se muda para que los recibos del seguro de salud lleguen a la nueva residencia. También hay que notificar a la compañía de celulares y bancos.
Habiendo comprado todo había que orquestar la mudanza. No teníamos dinero para pagar una compañía de mudanza de verdad. Alquilamos un camión y el mexicano y el tailandés nos hicieron el favor de manejarlo. Ellos se sacaron la licencia de conducir de Japón. En el camión se fueron hasta Nagoya (~3 horas) para buscar la cama gratis de Andrea. Luego pasaron por la casa del brasilero para el sofá y TV, luego la casa de la italiana para los otros corotos… Los pobres estuvieron manejando todo el día. Como agradecimiento Andrea y yo los invitamos a cenar yakiniku, que es un tipo de carne a la parrilla estilo coreano.
Ahora tengo casi dos meses viviendo aquí. El sitio es genial. Tengo un cuarto más grande, nadie ensucia la cocina o el baño, quepo en la ducha sin darme golpes contra las paredes, tenemos un cuarto aparte para TV e invitados… es genial.
Para que vean lo que digo les voy a dar un tour fotográfico por la casa.
Así se ve la entrada desde adentro.
Como notarán, tenemos un getabako, o caja para colocar los zapatos. Los invitados, al llegar, se quitan su calzado y lo dejan ahí. Como toda buena casa japonesa, aquí sólo se entra descalzo.
Y ahí están los Crocs de Andrea. No le es suficiente con un par.
El baño tiene una distribución japonesa. Es decir, la poceta está en una habitación, y el ofuro (tina japonesa) y lavamanos están en otra. Como la habitación del ofuro no tiene llave tenemos un cartón que indica si se puede pasar. Está escrito en inglés estilo japonés.
Dentro de la habitación del ofuro hay un lugar para la lavadora. Normalmente los japoneses secan su ropa en tendederos, así que no hay espacio para secadora. Pero, como somos más astutos, tenemos una lava-secadora de Mitsubishi.
La razón por la que la lava-secadora tiene una manguera es para reciclar agua. Normalmente se utiliza agua del ofuro para lavar la ropa, de modo de desperdiciar lo menos posible. Recuerden que esto es una isla con no mucha agua dulce. Y no hagan cara de asco. Cuando los japoneses se van a bañar, lo primero que hacen es lavarse con agua y jabón antes de entrar a la tina, de modo que el agua que se usa para lavar la ropa no está tan sucia.
La otra cosa interesante es el cuarto de la poceta. No conformes con reciclar el agua del ofuro también reciclan la de la poceta. Cuando uno baja la palanquita, el agua que va a llenar el tanque para la próxima descarga cae por un grifo. De modo que el agua que uno utiliza para lavarse las manos es el agua que se usará en la próxima descarga. Obviamente hay que utilizar productos antisépticos para evitar bacterias en el tanque.
En la sala/comedor tenemos un sofá. En el sofá tenemos un boken (espada japonesa de madera), reminiscencia del club de aikido. El boken es nuestra arma teórica contra improbables ladrones nipones.
La sala-comedor no es muy grande, pero es suficiente.
Para poder usar banda-ancha de NTT se necesita un modem. Como el modem no tiene entradas suficientes se necesita un hub. Para telefono-IP se necesita otro modem, para mi red inalámbrica que uso para el Wii y la laptop se necesita un router wireless. Para poder hablar con mi abuela por teléfono se necesita un teléfono-IP. Resultado:
La foto de la cocina me quedó movida, pero me dio flojera tomarla de nuevo:
Los cuartos dan directamente a la sala, no es un apartamento muy grande.
Mi cuarto es estilo japonés. Con piso de tatami, futón y puertas corredizas. Ahora está bastante espartano, no tengo ni siquiera una mesita de noche.
Tenemos una habitación más, que ahora la utilizamos de estar y sala de invitados. Tenemos un futón extra y un sofá-cama, así que podemos recibir humildemente a un par de peregrinos.
Como no tengo donde poner la laptop estoy utilizando la mesita japonesa como mi escritorio. Desde ahí escribo estas líneas.
El cuarto de Andrea es estilo occidental, es decir, piso de no-tatami. Es un poco más pequeño que el mío, pero a ella no le gusta los cuartos tradicionales.
Por último, tenemos un balcón… la vista no es gran cosa.
No hay fotos de nuestro edificio porque, como dije antes, parece muy viejo.
Muy bien, ahora estoy listo. Tengo donde vivir con comodidad hasta que termine el post-grado. Me gustaría comentarles cómo me está yendo con la maestría, pero eso requiere de otro post (-;