Llegando a dormir
He llegado a Japón, finalmente, pero no fue fácil. Al día siguiente casi nos quedamos de nuevo en México debido a que los pasajes que nos dieron quedaron en lista de espera por un estresante y malhumorante largo tiempo.
El vuelo MX-Canada tomó alrededor de 5 horas. No puedo decir que me aburrí. Estuve conversando con un mexicano de nombre Jesús, oriundo de Durango, que se va a vivir a Calgary para trabajar como carpintero, una iniciativa del gobierno canadiense que está importando mano de obra mexicana para trabajar la tierra y realizar otros trabajos artesanales. Uno de los sobrecargos/aeromosos del vuelo se enteró que mi destino era Japón y me pidió que le averiguara los precios de los juguetes de Saint Seiya, porque en México se los están vendiendo muy caro. Eso sí fue gracioso, conseguirse con un fan del animé a 24.000 pies de altura y que me pidiera un favor tan peculiar.
Mi estancia en Vancouver fue realmente breve. Si fue una hora fue mucho tiempo. Hasta ahora ha sido el aeropuerto más impresionante que he visto. Por uno de los pasillos por donde los pasajeros en tránsito debemos pasar hay un ave hecha en hierro y madera gigante colgando del techo sobre un lago artificial con canoa y todo. Parte de tu recorrido es acompañado por una cascada proveniente de la misma laguna.
Ya en la sala de abordage en Canadá me estaba sintiendo en Japón debido a la gran cantidad de japoneses que había en ese vuelo. El vuelo Canadá-Narita duró alrededor de 9 horas, el tiempo pasó volando gracias a quien se sentó a mi lado: una simpática canadiense de nombre Sarah. Rompimos el hielo en algún momento alrededor de la primera comida del avión, y a partir de ese momento no dejamos de hablar. Ella también es becaria de Monbukagakushô así que tuvimos muchas cosas en común para hablar. En particular, me ofreció tips para sobrevivir en Japón, me contó sobre su carrera, jugamos reversi/otello en el controlcito del asiento, me mostró su diccionario electrónico de kanji, etc. Al final me dió su número de teléfono móvil en Japón para ver si nos volvemos a ver.
De Narita me llevé la misma impresión que del aeropuerto Benito Juarez de MX, esperaba mucho más. Una vez superada la eterna fila de registro de inmigración nos esperaba la gente de JASSO (JApan Student Service Organization). Mi vuelo para Ôsaka saldría desde otro aeropuerto en Tôkyô a las 21:00, como eso era muy inconveniente, y por iniciativa propia, me cambiaron a un vuelo a las 18:30 que salía desde Narita. ¡Wow! Primera buena impresión de la amabilidad y atención nipona.
Poco antes de abordar el sueño me estaba venciendo. Mi plan era evitar el Jet-lag a toda costa no durmiendo sino hasta llegar a mi cama en la residencia, no lo logré. En el avión me quedé dormido. En ese estado de pseudo-vigila que uno trata de mantener mal-interpreta ciertas indicaciones en japonés y cree que el avión está por aterrizar cuando falta más de medio recorrido. Perdón al brasilero co-becario que desperté creyendo que ya aterrizabamos…
La vista de Ôsaka desde el avión fue abrumadora, la ciudad se veía iluminada y todos los edificios que veía eran de la embergadura del más alto de Venezuela. Las luces se extendían hasta donde podía ver e iban siguiendo el suave sube-y-baja de las colinas de Ôsaka. No esperaba que fuera una ciudad tan grande, ¡era gigante!
En el aeropuerto de Itami nos esperaba otro grupo de JASSO quien nos dio nuestros primeros yenes de sobrevivencia. El frío era muy molesto. Mientras esperábamos en el "lobby" del aeropuerto era atacado por una muy inconveniente corriente de aire primaveral que entraba gracias a las puertas automáticas del aeropuerto, mismas que se abrían cada vez que a alguien se le entraba la gana de irse del aeropuerto a su casa.
Mis expectativas de poder hablar español en Japón eran nulas, de hecho ya me había hecho a la idea de practicar portugués con los brasileros, pero en el taxi/camioneta de Itami a la residencia descubrí que habían varios latinos más. Una ecuatoriana, un par de peruanos y un brasilero fueron con los que calladamente compartí el camino, callado yo por la falta de energías pues ellos iban hablando de lo lindo allá atrás.
Al llegar a la residencia yo pretendía lanzarme en mi cama y ¡hasta mañana! pero no, no se pudo. Nos dieron un recorrido que recuerdo vagamente por las instalaciones de la residencia. ¿Cómo a alguien a las 23:00 y sin dormir de verdad desde hace como un día le puede importar que la máquina de lavar ropa solamente acepta monedas de (JPY) ¥ 100 ? Y así fue todo el recorrido.
Para el momento en que pude estar a solas en mi cuarto ya me había dado por vencido con mi plan. Estaba espabilado y la cama estaba por tender… ¿ya qué más da? y así decidí tomar una ducha antes de mi primera pernocta en este alejado, desconocido y pequeño país al otro lado del mundo.
tienes una poceta japonesa en tu apartamento? La lograste usar?
ResponderBorrarMe gusto tu post, felicitaciones por tu novia canadiense ;)
ResponderBorrarOye Simón estoy seguro que tus fans venezolanas con su corazón aún roto por tu partida leen este blog, no te parece un poco cruel hablar de tus nuevas conquistas asi tan abiertamente, y tan rápido..!!!
ResponderBorrarPD: Upa pues...si te pega mucho la brisa y la corriente fria ya sabes a quien llamar...canada;)
Simooooon, ¡es Mapita! :D
ResponderBorrarQué alegría saber que ya estás allá sano y salvo. ¡Esa gente de Mexicana!...No sabes el ataque de risa en Integra cuando pensamos en tu pobre compañero que se levantó de madrugada no se cuantas veces a ir a la embajada de Canadá...
¡qué desgracia!
Hola!! Me alegro de que a pesar de todos los contratiempos hayas logrado llegar a tu destino :) y que además llegaste bien, jeje.
ResponderBorrarIba a comentar algo sobre tu levante canadiense pero creo que sería redundar ;)
Sobra decir que espero ansiosa que nos cuentes sobre las peculiaridades de la vida y sociedad japonesa.
Solo una referencia cultural: una mujer anglosajona no te da su numero de telefono si no quiere que la llames ;-)
ResponderBorrarHola Simon!! :) q chevere q ya llegaste! cuando puedas cuenta todo acerca del sitio donde te estas quedando... tienes vecinos nastys de paises miscelaneos verdad? jejeje avisa cuando te conectes de nuevo
ResponderBorrarJG, MB: de mis vecinos y apartemento les cuento luego
ResponderBorrarNL, LO: sin comentarios
Mapaaaaaa y Vanessaaaaa: gracias por alegrarse por haberlo logrado!!
carlos.d: ACK
Hola Simón:
ResponderBorrarAqui seguiremos tu aventura por esas tierras con agrado, orgullosos, por supuesto, de tus logros.
Y acompañado del carino y oraciones de tus profesores del colegio.
Un abrazo Simón, gracias por escribirnos.
Luis Alarcón
desde TU Colegio Los Arcos.