domingo, junio 22, 2008

japon--

Si Japón fuera como lo presento en este blog, sería el país ideal (con excepción del idioma). Quien tome mi blog como una muestra aleatoria de la vida en Japón quedará decepcionado. Me he dado cuenta de que mi blog raras veces muestra aspectos negativos de Japón.

Para aumentar la adecuación de la imagen que proyecto de este país con los hechos, y para que nadie se venga con una ilusión muy alejada de la realidad, voy a presentar una parte oscura del país al que le pega primero el sol.

Toda cultura tiene defectos. Aquí no se escapan. Si tuviera que hacer una lista con los defectos que más me incomodan, o que menos tolero, esa lista estaría encabezada por: "tatemae vs. honne", o cómo ser cortésmente hipócrita; "no hay remedio"; "aquí se martilla el clavo que sobresale"; y "complejo de gaijin" (nombres de los defectos © 2008 Simón).

Como eso es mucho contenido, en esta ocasión no expondré sobre el "complejo de gaijin". Ese queda para no-sé-cuándo, difícilmente el próximo post.

"Tatemae vs Honne":

Tatemae significa algo como "la cara oficial del asunto". Honne significa algo como la realidad, o la verdad interna. Si al llegar a Japón entrevistas a un local al azar, negará que en Japón existan problemas, te dirá que aquí todo es perfecto. Te dirían eso porque Japón debería ser perfecto. Oficialmente, Japón es perfecto. Eso es tatemae.

Si te vuelves amigo de algún japonés y le preguntas sobre los problemas de Japón, ahí sí empiezan a hablar. Sólo cuando hay confianza. Entonces te cuentan sobre la corrupción, baja natalidad, presión social, etc. Eso es honne.

Imagínense una sociedad donde todo es así. Los primeros días luego de tu llegada son útopicos, "aquí todo es de maravilla, aquí todo es ideal" - pensarán. No es muy astuto pensar que en la Tierra haya una nación ideal. A pesar del error del que piensa, es difícil no decepcionarse cuando, a través de una grieta abierta por la sinceridad de un amigo, uno logra traspasar esa pared de perfección y se golpea contra la realidad.

Todos los empleados respetan a sus superiores, porque idealmente tienen que respetar a sus superiores. Tatemae. Todos los estudiantes quieren atender a las clases, porque como estudiantes su deber es querer estudiar. Tatemae. Quien te atiende en una tienda te atiende con amabilidad, porque si el mundo fuera perfecto las cajeras nunca cojerían una calentura. Tatemae.

Por poner un ejemplo. Es viernes, 2:40pm, luego de una semana larga de clases de maestría. Estamos concientes que la clase que viene mejor no la hubiéramos inscrito. Estamos claros que la presentación que toque hoy no vale la pena. Entonces digo, "oye, ojalá que hoy no venga el profesor". Me miran con cara de incredulidad, cómo es posible que haya dicho eso, y me responden que decir eso es una falta de respeto… ¡Pero si ni siquiera hay profesores en 100 metros a la redonda! Para mi era obvio que el sentimiento de mi interlocutor era el mismo de querer irse ya. Demasiado tatemae.

Lo triste no es que Japón no sea el Cielo. Lo malo es que uno se siente engañado. Es como si hubiera una gran conspiración en contra del resto del mundo. Y uno cayó.

Y el engaño no es sólo interno. Toda la imagen que proyectan al resto del mundo viene empaquetada en tatemae. Por eso es que Japón es tan fino visto desde afuera.

Lamentablemente, muchas veces la cortesía, amabilidad y atención japonesa es tatemae. Con el tiempo uno se entrena y sabe distinguir una risa de tatemae de una de honne; o cuando alguien dice que es malo para algo por no sobresalir (ver siguiente punto), pero no lo dice de verdad sino por una humildad de tatemae.

Ese tipo de comentarios tatemae se sienten, desde un punto de vista occidental, como hipocresía…

"Aquí martillan el clavo que sobresale":

Martillar el clavo que sobresale, en carpintería, es una buena filosofía. En la sociedad, no. El significado de esa frase es que nadie debe sobresalir en el grupo. La filosofía detrás es uniformidad social. Que todos sean iguales.

Se dice que los estudiantes aventajados se cayan en clases o cometen errores a propósito. Se dice que a los profesores no les gusta que un estudiante trate de ser mejor que los demás. Si eres un prodigio del piano, en las clases de piano vas a pretender que eras tan diestro como el tipo de al lado.

Y así en todo. Está mal diferenciarse. Uno tiene que actuar igual que los demás, a la par de los demás. Nadie se va de una reunión hasta que todos se vayan. Nadie puede dejar de comerse tal cosa porque no le guste, todos se lo comen. Nadie puede tener grandes aspiraciones, todos tienen que ser asalariados.

Incluso en las cosas que existen para diferenciarse, son iguales. Todo el mundo tiene guindalejos en el celular. Todas las chicas se pintan el cabello o de color té o de amarillo, y pareciera que todas comparten el mismo tinte. Si eres otaku mujer te vistes de Pikachû o de sirvienta francesa…

Leí un artículo sobre un estudio hecho por antropólogos. Determinaron que en occidente cuando uno hace un regalo busca regalar algo original, único, diferente. Aquí buscan regalar algo común, igual a lo demás, que el regalado no vaya a resaltar a causa del regalo.

Seguramente no es así, pero desde mi perspectiva de extranjero, donde perseverar es lo que tiene valor, donde superarse es el ideal, el hecho de que algunos se inhiban de hacer cosas por no salirse del grupo pareciera mediocridad…

"No hay remedio":

A veces, en verdad, no hay remedio. ¿Sobredosis de amantadine y falla renal?, eso no tiene remedio. ¿Se te perdió la billetera en el centro de Caracas?, eso no tiene remedio. ¿Las reuniones para discutir tal libro son temprano en la mañana del lunes?, eso no tiene remedio… o eso dirían aquí. Sí hay remedio, ¿y si las hacemos otro día? ¿y si las hacemos en dos partes de modo que cuadre con los horarios de los participantes?, ¿y si cambiamos la metodología?, etc.

"No hay remedio" tiene muchas maneras de ser dicho en japonés: "shikata ga nai", "shô ga nai", y en Ôsaka dirían "shâ nai wa". Pero más que una frase de uso cotidiano para 120 millones de personas, es una cultura, una manera de ver la vida.

¿Descubrieron que el diputado tal es corrupto?, no hay remedio (¿y si intentan investigar a otros diputados?, ¿y si toman medidas anti-corrupción?). ¿Eres débil para el sake y hay fiesta?, no hay remedio, hay que beber (¿y si no bebes?, ¿Y si pretendes que bebes?). ¿La pasantía te va a quitar las vacaciones de verano?, no hay remedio (¿Y si metes una materia el semestre que viene en lugar de la pasantía?). Et cétera.

La frase me la he tenido que calar varias veces, cuando uno sabe que hay cosas que se pueden hacer, cuando uno sabe que sí hay remedio. Pero la gota que derramó el vaso fue:

Clase de ética profesional. Estamos estudiando el accidente del Transbordador Espacial Challenger. Sabemos que la causa fue que, debido a la extremadamente baja temperatura el día de lanzamiento, los anillos O no sorportaron la presión y permtieron que los gases calientes entraran a uno de los cohetes, a una sección llena de combustible. Sabemos que Morton-Thiokol (la compañía que construyó el cohete para la NASA) sabía de este problema. Sabemos que Morton-Thiokol intentó detener el lanzamiento, pero los ejecutivos cedieron ante la presión de la NASA y cambiaron su posición oficial a "es seguro lanzar, olvídese que mencionamos que podría haber una catástrofe mañana".

El profesor pregunta al alumno que estaba haciendo la exposición, "¿Qué hubiera hecho ud. si fuera parte de los ejecutivos de Morton-Thiokol?". Respuesta del estudiante: Shikata ga nai.

Según él, nada se podía haber hecho porque había mucha presión por parte del contratista. Es decir, para que él tome decisiones éticas el mundo tiene que estar a su favor. O sea, que si él tiene que tomar decisiones éticas en un futuro va a ceder ante el ambiente y no hacer lo que tiene que hacer. En otras palabras, a pesar de que sabía que su decisión le costaría la vida a siete tripulantes, "no hay remedio", mucha presión social, no me importa, no hay nada que pueda hacer.

Ese fue el colmo. Estaba lleno de indignación. "¡¿Será que escuché mal?!", le pregunto a un compañero y me dice que oí bien. Aparentemente, a parte del profesor, fuí la única persona a la que le pareció que la respuesta del alumno estaba totalmente errada. Nadie dijo nada, nadie reaccionó, sólo yo miraba a los lados con incredulidad. Con razón hay una clase de "Ética profesional" en las maestrías de aquí.

Lo malo no es la frase, es que se la crean. Lo malo es que, al mezclar el "no hay remedio" con "martillamos clavos", construyen una cultura de conformismo y anti-iniciativa. Y eso lo aplican cuando sea. Si cambiar la situación es difícil, "no hay remedio". Es darse por vencido porque la pelea va a ser dura. Y luego la gente cree que este es el país de los samurai (claro, si sólo proyectan perfección…).

No, no estoy molesto. Tampoco he pasado por una amarga experiencia. Hablando abiertamente, me parece que en posts anteriores he ocultado, injustamente, que este tipo de cosas ocurren.

¡Ah! Para los que no son computistas: "japon--" significa decrementar el valor a la variable Japón, una metáfora para algo negativo.